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martes, 30 de marzo de 2010

Un pequeño inciso en la Historia

Tradición y religión son dos de los pilares más fuertes sobre los que se sustenta la vida del país del sol naciente. A lo largo de su historia, Japón tuvo que atravesar por graves contiendas bélicas, pero nada similar a la destrucción brutal que sufrió de manos de sus enemigos americanos. Y sin embargo, hoy en día se perfila como un país que sigue los pasos del que le precede en la tabla de países más poderosos del mundo.

De sobra es conocido para el mundo el poder que han ejercido los americanos del norte a través de la fuerza de las bombas sobre sus enemigos. Japón sufrió las consecuencias en su propia piel.
Truman era presidente por aquel entonces y Oppenheimer el miembro principal del comité encargado de elegir los objetivos sobre los que se detonarían las megadestructivas Little boy y Fat man.

Todo vino precedido de un conflicto de intereses entre ambos poderes y un posterior embargo petrolífero sobre el país asiático. Hirohito y su gobierno amenazó con declarar la guerra a EEUU si dicho embargo no cesaba a fin de mes. No fue así y atacaron Pearl Harbor.

En un principio fueron Kioto, Hiroshima y Yokohama las ciudades elegidas para efectuar dichas detonaciones. En ellas se conseguiría la suficiente destrucción y daño psicológico como para conseguir que el gobierno y emperador rectificasen en sus intenciones y proclamasen una rendición absoluta.

Pero lo que en realidad ocurrió con la elección de las ciudades lo saben en Japón y lo estudian en sus libros de historia desde que son pequeños. Los puntos elegidos en un principio eran centros de religión budista, lugares donde predominaban templos y seguidores de dicha religión. De atacar dichos núcleos de población, muy probablemente el resto de la población asiática predominante en la mayor parte de Asia se podía ver afectada y atacada indirectamente. Así que se rectificó a última hora. Se pensó en atacar los lugares con mayor predominio de católicos. De tal manera el daño sería menor, sobre todo en su vertiente psicológica.

Se eligió Nagoya, Hiroshima y Nagasaki, ciudades con mayor predominancia judío-cristiana. El día D, Nagoya apareció totalmente cubierta por las nubes y hubo que desistir en el intento. Ese mismo 6 de agosto se procedió a la activación de Little boy sobre la ciudad de Hiroshima. Tres días más tarde Fat man destruyó Nagasaki. Sus consecuencias acabaron con la vida de unas 220.000 personas y dejaron como legado póstumo enfermedades y lesiones atribuidas al envenenamiento por radiación.

Tras la segunda explosión, Japón se rindió y fue ocupado por tropas aliadas de Australia, Inglaterra, Francia, India británica,...

El desastre fue terrible pero la religión dictaminó una masacre menor de lo que hubiese sido en un primer principio, habiendo bombardeado enclaves fundamentales de la religión budista. Destruir judíos o cristianos no fue tan importante....

1 comentarios:

Ricardo Suárez dijo...

pon mas fotos y deja de hacer cortaypega de la wikipedia... jejejeje
un abrazo tiu!
Rick